La dieta crudivegana ha ganado adeptos en épocas recientes, mientras las nuevas generaciones buscan alternativas más saludables a lo que tiene para ofrecer la industria de alimentos procesados, con su secuela de obesidad y otros problemas de salud.

El crudiveganismo combina los conceptos de un estilo de alimentación vegano con la idea de comer comidas que no sean cocinadas a altas temperaturas.

Conceptos básicos del crudiveganismo

Dado que se apoya en las ideas veganas sobre la alimentación, el punto de partida de la dieta crudivegana es no consumir ningún producto de origen animal. Es decir, se excluyen productos tales como carnes rojas y blancas, huevos y lácteos.

Quienes adhieren a una dieta vegana suelen tener preocupaciones relativas a la dimensión ética de consumir animales, objeciones sobre el bienestar de los animales domésticos en las instalaciones de producción o consideraciones con respecto al impacto ambiental global de una dieta alta en carnes, que está relacionada con el calentamiento global y el cambio climático.

Junto a estas consideraciones, los crudiveganos añaden, además, un énfasis en el cuidado de la salud, con lo cual rechazan los alimentos procesados que llenan los pasillos de los supermercados, así como también las comidas cocinadas a altas temperaturas.

Sobre los alimentos procesados, la principal objeción tiene que ver con la cantidad de aditivos que la industria alimenticia incluye en sus preparados, a fines de mejorar la apariencia de sus productos o su durabilidad en el mercado.

Con relación la cocción de los alimentos, el enfoque crudivigano sostiene que exponer vegetales o frutas a altas produce la destrucción de micronutrientes esenciales para el organismo.

Ingredientes habituales en una dieta crudivegana

Los adherentes al crudiveganismo basan su dieta en productos naturales sin procesar, tales como frutas, vegetales y nueces, a los que se añade el consumo de aceites prensados en frío, alimentos fermentados y algas.

En su vida cotidiana, los crudiveganos cuentan ya con un arsenal de recursos para tratar de añadir tanta variedad como sea posible a su dieta.

Por ejemplo, prácticas habituales incluyen la ingesta de jugos de frutas y vegetales, también conocidos como “smoothies”, por su denominación en inglés. Los alimentos deshidratados son también parte importante de la dieta crudivegana, destacando productos tales como dátiles, higos u otros similares.

También se deshidratan preparados crudos a efectos de obtener alimentos similares a galletas o panes sin leudar. Otro alimento habitual son las leches elaboradas a partir de frutos secos, tales como almendras o nueces de macadamia.

En el caso de las legumbres, dado que su consumo en crudo sería dificultosa para el organismo (e incluso hasta peligrosa, en consideración de la existencia de saponinas), los crudiveganos recurren a consumir legumbres y otras semillas tras hacerlas brotar.