A menudo nos empeñamos en planificar viajes a exóticos a países lejanos como Thailandia o a destinos paradisíacos como Punta Cana, pensando que vamos a encontrar lugares mágicos, espacios sorprendentes y gentes singulares que no tenemos en nuestro país.
Pero resulta que esos paisajes de ensueño también existen sin salir de España y se encuentran en tu región. Es es el caso de la Sierra de Gata en Extremadura que hace frontera al norte con la provincia de Salamanca y al oeste con Portugal.
Sierra de Gata, un lugar espléndido para el turismo disfrutado en silencio
Lo que sucede con Extremadura es extraordinario, un espacio de tanto valor natural, artístico-arquitectónico, gastronómico y cultural, es desconocido por la mayoría de los nacionales por culpa de los prejuicios y de la ignorancia.
Y sin embargo, la Sierra de Gata posee lo que todo viajero con atención exige de un destino: parajes excepcionales donde la naturaleza se encuentra en estado salvaje, esto es, sin haber sido tocada por la mano del hombre, pueblos que conservan su estructura y sus construcciones de la época medieval y gentes con un talante bueno, amable, generoso y un silencio magnífico que te asombrará por su profundidad y belleza.
En la Sierra es posible perderse en sus frondosos bosques mientras se realizan rutas de senderismo así como rutas ornitológicas que van en busca de especies de aves que no se observan en ningún otro lugar como son los buitres leonados, alimoches, azores, las águilas reales y las tímidas cigüeñas negras que por pudor jamás se muestran en público.
En los numerosos valles que adornan la sierra es posible descubrir el espectáculo de las piscinas naturales con aguas límpidas y fresquísimas como en el embalse del Borbollón, ideales para refrescarse tras una jornada caminando. Así como practicar el ecoturismo caminando por el castañar de San Martín.
Pueblos donde perderse en la Sierra de Gata
No solo de naturaleza puedes gozar en este paraje sin par de Extremadura, la belleza incomparable de los pueblos de la comarca la convierten en un espacio de una gran riqueza arquitectónica rural.
Entramados de madera, pizarra, grandes sillares y artesonados constituyen un excepcional ejemplo de arquitectura. La singular situación de aislamiento de la comarca ha preservado los pueblos de la invasión del ladrillo, por lo que es posible admirarse con palacetes, casas señoriales e iglesias románicas.
Pueblos como San Martín de Trevejo en el que destacan la plaza porticada, la ermita de la Cruz Bendita, numerosas casas-palacio y el convento de San Miguel.
Otra de las actividades que puedes disfrutar y que tiene relación con los pueblos de la comarca es la «Ruta de a fala», una ruta que cubre Valverde del Fresno, Eljas y San Martín de Trevejo.
En estas tres localidades, los lugareños conservan una lengua antigua que es una mezcla del portugués, el gallego y el castellano astur-leonés, llamada «a fala», fruto de las repoblaciones que se llevaron a cabo con pobladores del norte de la península tras la «Reconquista».
Trevejo es otro de los pueblos que debes visitar antes de marcharte de esta mágica comarca. Una aldea de 20 habitantes con todo el encanto de lo medieval, el castillo árabe en ruinas. Desde esta localidad divisar los valles de la Sierra de Gata es un privilegio.